SUPER METROID
Intro:
Los videojuegos tienden a pecar de imitación a otros medios, y en
muchas ocasiones dependen de texto o secuencias cinemáticas para
contar sus historias. No en Super Metroid, el juego te cuenta en la
intro la situación en la que estás y eso es todo. Acostumbrados a
que el tutorial de turno nos lleve de la mano, Super Metroid nos
suelta de buenas a primeras en el planeta Zebes
y no nos da ninguna facilidad.
El resto de la historia es contada sutilmente mientras vas jugando
sin ningún tipo de pausa. Al andar por los distintos escenarios se
puede ir notando que clase de lugar es el planeta Zebes y que le ha
ocurrido a cada zona.
El juego intenta crear una atmósfera de soledad y aislamiento. Al
fin y al cabo Samus se dedica a recorrer un planeta habitado por
monstruos y piratas y está completamente sola todo el proceso sin
poder comunicarse con nadie. Esto se transmite al jugador y genera
una reacción diferente en cada uno. La música no se queda corta
tampoco. Hace un trabajo magistral a la hora de aportar una nota
deprimente a los ambientes mas sobrios.
Disponemos de un mapa enorme y completamente abierto para explorar,
pero en muchos momentos no podremos pasar por un determinado camino.
Esto significa que necesitamos algún objeto escondido en cualquier
otro lugar. Esta formula hace que el juego no sea un mero paseo de
izquierda a derecha como era más común en los juegos 2d sino una
exploración exhaustiva de toda habitación en la que nos
encontremos, un mapa lleno de secretos, de
grutas, de caminos alternativos y de secciones que no se pueden
desbloquear hasta que no te haces con las armas adecuadas para
abrirte paso.
Difícilmente se hace aburrido considerando que
estaremos constantemente luchando contra toda clase de enemigos
mientras lo hacemos. Y justo en el momento en el que ya hemos
explorado suficientemente una zona, siempre tenemos una pelea con
algún jefe final que rompe la monotonía. Son todos muy diferentes
entre sí.
Samus Aran: Primera protagonista femenina relevante en la historia de
los videojuegos.
Hasta entonces la imagen de una mujer en un juego era la indefensa y
marginalmente retrasada princesa Peach a la que Mario debía salvar
constantemente.